Siguiendo las huellas de su Predecesor, el querido y venerado Beato Juan Pablo II, el Papa Emérito Benedicto XVI y el Santo Padre Francisco en los comienzos de su pontificado, han recordado en multitud de ocasiones el papel insustituible de la familia tanto en la vida social como eclesial.
¿Cómo puede ayudar la Iglesia a la familia, hoy cuestionada y, a veces, maltratada? Sin lugar a dudas, reconociendo, como punto de partida, su valor intrínseco, ya que, según Benedicto XVI: “El bien que la Iglesia y toda la sociedad esperan del Matrimonio, y de la familia fundada en él, es demasiado grande como para no ocuparse a fondo de este ámbito de pastoral específico” (Sacramentum Caritatis, 29). Esta convicción ha generado una especializada atención en la misión pastoral de toda la Iglesia, que ha dado el fruto deseado en el desarrollo de un sector concreto y específico de su tarea evangelizadora, al cual el Papa ha aludido en numerosas ocasiones, manifestando que tanto “la familia como la Iglesia, están llamadas a una estrecha colaboración para cumplir su tarea fundamental, que consiste inseparablemente en la formación de la persona y la transmisión de la fe” (Discurso de 6 de junio de 2005).
Esta pastoral familiar, hoy floreciente y prioritaria en nuestra Iglesia diocesana, responde a la llamada del Papa Emérito a “alentar a los católicos, en todos los niveles de la vida diocesana y social, a preservar y promover los valores fundamentales de la familia… prestando atención a la preparación humana y espiritual de las parejas y al seguimiento pastoral de las familias, recordando la dignidad eminente del matrimonio cristiano, único e indisoluble, y proponiendo una espiritualidad conyugal sólida, para que las familias crezcan en santidad” (Discurso de 6 de febrero de 2006).
Sentadas las bases de esta pastoral específica, queda por nuestra parte ofrecer los medios e instrumentos más adecuados para dar respuesta en esa doble dimensión a valorar: preparación al matrimonio y acompañamiento a las familias. Nadie que no reconozca el bien La Parroquia y la Hermandad sirven a la familia: Un centro diocesano de orientación familiar en San Sebastián inmenso que ha recibido de la familia puede sentirse ajeno o descomprometido con esta empresa. Ciertamente nuestra Hermandad, unida como siempre a la Parroquia, trabaja desde hace tiempo en ambos campos, abierta a quienes desean formar familia, y junto a quienes viven con auténtico deseo de fidelidad y entrega este don maravilloso; pero hay además un amplio e ilusionante horizonte, repleto de posibilidades, en personas y medios, que han de estimular una implicación más generosa y completa. A todos y a cada uno nos toca discernir.
Unidos a nuestra Archidiócesis en esta prioridad pastoral que ha destacado el Sr. Arzobispo, nos disponemos a inaugurar un Centro de Orientación Familiar (COF), de carácter diocesano, en nuestra Parroquia. Dicho Centro, que se integra en la recién nacida Fundación Diocesana de Centros de Orientación Familiar de Sevilla “María, Reina de la Familia”, se une a los cuatro ya existentes en la Archidiócesis, y pretende ofrecer un servicio cualificado y eclesial a las familias sevillanas desde las claves de la antropología cristiana. El próximo 14 de octubre el Sr. Arzobispo presidirá la bendición de los locales donde se ubicará el Centro, un ilusionante proyecto que no hubiera sido posible sin la colaboración imprescindible de la Hermandad de la Paz.
Quiero agradecer en nombre de la Archidiócesis y como Párroco de San Sebastián al Hermano Mayor y a su Junta de Gobierno la disponibilidad y el entusiasmo con las que, desde el primer momento, acogieron esta iniciativa, así como la generosidad y el sentido eclesial de su compromiso al asumir la financiación de esta importante obra.
Al Señor de la Victoria y María Santísima de la Paz encomendamos el futuro de nuestro COF, a quienes dediquen su esfuerzo y su tiempo a esta preciosa empresa, y a todos los que puedan en el futuro beneficiarse de este valioso instrumento al servicio de la Iglesia de Sevilla.
Isacio Siguero Muñoz
Director Espiritual