El nuevo retablo de la hermandad de la Paz para la capilla Sacramental de la parroquia de San Sebastián comienza a ver la luz en los talleres de los Hermanos González. Allí se está dorando la que será la última gran obra para un templo de la ciudad y que ha salido de las manos de uno de los tallistas más relevantes de las últimas décadas: Francisco Verdugo.
Con una duración de once meses, la obra ha permanecido durante cuatro en proceso de dorado y marmoleado. Tras los trabajos de talla de Verdugo y la carpintería de Enrique Gonzálvez en la localidad de Los Palacios, las piezas han seguido «un proceso tradicional del dorado artesanal, donde se le ha aplicado oro de ley de 24 ¾ quilates», como asegura el dorador Javier González. Así, la obra ha recibido mejoras de última hora como el dorado del fondo de los retablos individuales de cada imagen, previstos inicialmente en estilo marmoleado.
El conjunto mezcla a modo de simbiosis la arquitectura con el ornamento, utilizándose para ello maderas de primera calidad; «el retablo lleva combinados cedro y pino de Flandes, empleando el primero en las zonas de talla y el segundo en las lisas. Doy por hecho que es un salto cualitativo en mi carrera», comenta Verdugo.
Desde la hermandad se espera con «mucha ilusión» el que será uno de los grandes proyectos de las últimas décadas en el Porvenir. Un espacio de oración en el lugar más importante del templo, donde reside el Santísimo y reciben culto los titulares de la Paz desde 1980.
En palabras del hermano mayor, Santiago Arenado, «además de un anhelo y un deseo de muchísimos hermanos, era un reto histórico que las imágenes y el sagrario tuvieran su altar digno y de categoría. En el pequeño espacio que tenemos en la capilla sacramental, las imágenes estarán finalmente en un sitio espectacular». Alaba el trabajo de Verdugo que ha sido «a pleno rendimiento y a disposición de la hermandad. Todo ello a la espera de verlo completo en su lugar definitivo».
Javier González analiza que para un artista «es la cumbre porque el dorado de un paso a los cincuenta años hay que cambiarlo, el retablo es eterno. Trae una satisfacción personal mayor que la de unas andas procesionales, queda para siempre y si es para Sevilla, imagina». Así, los Hermanos González esperan con ilusión una obra que «hará disfrutar mucho a los hermanos de la Paz. Todos los compañeros que han venido a verlo han quedado maravillados».
Verdugo asegura emocionado que será «mi primer retablo completo para Sevilla. Es un orgullo tremendo ya que la hermandad de la Paz siempre me ha atraído muchísimo. Una obra de arte que estará en continua exposición, no como un paso que se ve durante dos o tres semanas».
Dos días de trabajo de la próxima semana que servirán para instalarlo en su lugar definitivo. El 5 de septiembre, tras la misa de las 20 horas, será bendecido estando ya presidido por las tres imágenes; el Cristo de la Victoria, la Virgen de la Paz y San Juan Evangelista, para efectuar un posterior traslado del Santísimo.
La Paz ya ve la luz a una de sus metas más ansiadas, el nuevo palacio para las devociones de San Sebastián, el complemento perfecto a una Cuaresma de verano en el barrio del Porvenir.
Autor y fotografías: José Javier Comas Rodríguez
Publicado en Pasión en Sevilla el 25 de agosto de 2016