Gracias Don Adrián, muchas gracias en nombre de todos los hermanos de la Paz por enseñarnos el camino para conocer mejor a Nuestro Señor de la Victoria, gracias por trasmitirnos la ilusión de seguir al Señor y por darnos un testimonio continuo de amor y evangelización por el Señor.
Gracias Don Adrián por regalarnos la Misión Cofrade y guiarnos durante los dos últimos años. Gracias por ofrecernos la Semana de la Misión. Durante una semana la hermandad ha estado llena de Dios en los hombres. Los que han podido asistir a los diferentes talleres de oración, a los pregones misioneros, a la reunión de matrimonios, a la Vigilia de Oración cantando o al Rosario Luminoso ante la Santísima Virgen de la Paz no lo van a olvidar fácilmente. La experiencia ha sido gratificante y hermosa y por ello estamos felices y contentos. En unión siempre a nuestra Parroquia de San Sebastián hemos experimentado la sensación de confiar en el Señor plenamente para de esa forma amar si condiciones como el Señor y poder así evangelizar con nuestros hermanos por el Señor. Y todo ello siempre bajo la atenta mirada de la "mujer de los iodos grandes", la Santísima Virgen que siempre nos acoge.
¡Gracias Don Adrián! ¡Muchísimas gracias! Tu hermandad de la Paz, en la fuiste recibido como hermano al inicio de la Semana de la Misión siempre te estará agradecida por hacernos sentir muy cerca de todos nosotros la presencia viva del Señor de la Victoria.