María Tapia: Nuestra Portada

20150926 Boletin1I

No hay gesto más cotidiano y familiar, que el que expresa Nuestro Padre Jesús de la Victoria, cuando alza la mirada para establecer un vínculo cercano con lo Celestial. Un dialogo con El Padre, mientras acepta lo que, sin duda, es el signo de un amor sin límites.

‘Victoria en la Cruz’, es el título de la obra que ocupa la portada de este boletín.

La Imagen, aparece de perfil con objetivo de realzar la inclinación del rostro de mirada abstraída. Viste túnica rojo sangre como signo de la pasión, sobre un fondo donde se recorta una Cruz de sección plana, tal y como procesionaba la Imagen en los primeros años de estación de penitencia.

El perfil del Señor, está orientado hacia el extremo derecho del formato por donde se abre el libro, que simboliza el inicio de un recorrido a través de las páginas de este boletín; estableciendo un símil con el punto de partida del Vía Crucis que, en términos generales, se desarrolla a partir de la escena de imposición de la Cruz. El ángulo inferior del madero se encuentra suspendido en el aire sin llegar a apoyarse en el hombro, en alusión a el instante del pasaje que representa.

La composición de la obra se sintetiza en forma de X, donde se entrecruzan la dirección de la mirada de Cristo y el travesaño horizontal que determina la forma de la Cruz, focalizando el centro en el rostro, ligeramente desplazado a la izquierda para disponer de más espacio en la zona lateral.

Realizada en técnica mixta sobre tabla, la obra se compone de espacios sencillos libres de elementos ornamentales para focalizar el principal punto de interés en el rostro del Señor que recibe una luz blanca, tanto en el perfil, como en la parte superior de la cabeza, que hace las veces de halo.

El cromatismo es fundamental en la obra debido a la simbología que contiene, estableciendo una forma de lenguaje concreta. El rojo de la túnica es signo de sacrificio y amor, vinculado inseparablemente a la condición sacerdotal y de Rey. Los tonos azulados aparecen en este caso definiendo la forma de la Cruz en lugar del mantolín, ya que el azul simboliza la pureza y la idea de salvación1.

El mensaje principal de la obra es exactamente el mismo que nos transmite Nuestro Padre Jesús de la Victoria. Es un Cristo que habla, que inicia un dialogo silencioso y que da ejemplo, invitando a todo aquel que lo contempla, a poner en práctica la mejor forma de llegar a conocer a Dios: la Oración.

Desde el momento en el que la recibe, y aún crucificado y muerto, Cristo es Victoria en la Cruz. Y es que el paso de misterio que abre nuestra Semana Santa, es una exaltación de la Cruz en toda regla.

 

María Tapia Quesada
Licenciada en Bellas Artes. Especialidad Pintura.

 

 

1. LENDINEZ, JUAN PEDRO. ‘El Cristo del Greco Sevillano’/Reportajes/De Nazaret a Sevilla/denazaretasevilla.com