Un año para dar nuevamente testimonio de nuestra fe y nuestra devoción a la Madre de Dios.
Un año para reconocer públicamente el amor de una hermandad por su amantísima Titular.
Un año para que la Hermandad siga avanzando en su formación y en su preparación gracias a la Misión Cofrade que tanto bien está experimentando entre los participantes en la misma.
Un año para fortalecer aún más si cabe la acción social de la Hermandad con la mirada puesta en la Fundación de Centros de Orientación Familiar, ya que nuestra apuesta sigue siendo sin reservas la defensa y ayuda a la familia cristiana en todas sus vertientes como núcleo principal de la formación humana.
Un año para fortalecernos interiormente en la Eucaristía. Un año para que todos los hermanos de la Paz nos sintamos orgullosos de la devoción universal de nuestra Madre.
Un año para demostrarle aún más el cariño que le tenemos a la Virgen siguiendo sus mandatos y haciendo precisamente “lo que Él nos diga”.
Un año para fortalecer la fraternidad entre todos los hermanos. Un año para seguir creciendo espiritualmente como Hermandad.
Un año para disfrutar.
Un año para mostrar la alegría de nuestra Fe.
Un año especial.
Un año único.
Un año para el feliz acontecimiento de Coronar Canónicamente a María Santísima de la Paz en la Catedral de Sevilla.